lunes, 16 de abril de 2007

Una mirada… y medusa los convirtió en estatuas.

¿Cuántas veces se han detenido a observar los pequeños detalles de esos grandes monumentos de nuestra Ciudad?

Testigos mudos esculpidos en piedra o tallados en bronce. Presencias que nos recuerdan la grandeza del pasado y nuestra indiferencia en el presente. Se burlan a sabiendas de su estatus de inmortalidad pero se entristecen al ver que no viven en nuestra memoria, que no recordamos sus nombres, que no les prestamos atención, que no reconocemos su esfuerzo. Guerreros armados que descansan en cabezas de indios vencidos, clavan sus miradas firmes en el ir y venir de generaciones y aceptan con valor las inclemencias del tiempo. Vigilantes eternos de las calles de la Blanca Mérida que contemplan con profunda tristeza el paso trasgresor de la modernidad. Estatuas y esculturas que dan señales de vida, vestigios de antaño que únicamente esperan de nosotros…una mirada.


Remate central del Ateneo Peninsular, en el se observan dos figuras femeninas que flanquean al escudo nacional y un par de cuernos de la abundancia.

De los miles de detalles que posee la casa de Montejo, este es uno de mis favoritos, la estatuas situadas a ambos lados del marco de la ventana y que representan una pareja de indígenas sosteniendo el escudo de armas.



También en la casa de Montejo; guerrero armado que descansa en cabezas de indios vencidos y que sostienen en una mano una alabarda, y en la otra una tosca espada.



El Apóstol San Pablo, uno de los vigilantes de la llamada puerta del perdón de la S.I. Catedral de Mérida.



Monumento al General, Manuel Cepeda Peraza, localizado en el parque Hidalgo del centro Histórico de la Ciudad de Mérida.

Otra de mis favoritas, dos figuras femeninas talladas en bronce, únicas en toda la ciudad, localizadas en la fachada de una antigua casona de la calle 59 x 54 y 56 en el Barrio de La Mejorada. Actualmente el lugar es una Bodega de pinturas y otros materiales. Es una de las fachadas más bonitas, también hay detalles de caras de angelitos. Es una verdadera pena que se encuentre en condiciones realmente deplorables.



Estatua hecha en Homenaje a los Héroes de la Guerra de Castas de 1883, en el recientemente "remodelado" parque Eulogio Rosado en el centro de la Ciudad.

Etiquetas:

0 Comentarios:

Publicar un comentario

Suscribirse a Comentarios de la entrada [Atom]

<< Página Principal